La historia es una ciencia muy seria, a pesar de que trabaje con el genero humano, una especie de revoltosa y escurridizas maneras. Con esto queremos decir que en este apartado nos ocuparemos de mostrar brevemente los acontecimientos y las estructuras de esta pequeña y alejada parte del mundo. En ningún caso nos remitiremos a las patrañas que han hecho del archipiélago uno de los paraísos de los ocultistas, místicos y demás iluminados. Hoy en día las Islas Bermudas son un paraíso turístico y fiscal, nada más lejos del mito del Triángulo, inventado por un mal escritor de ciencia ficción. De todas maneras, si le interesa conocer el origen de la invención, lea la sección que le dedicamos en islasbermudas.es.
Dicho esto empezaremos diciendo que las Islas bermudas, un archipiélago de origen volcánico estuvieron deshabitadas hasta su descubrimiento, probablemente en 1503, por el español Juan Bermúdez. Hay que saber que en esa época los europeos descubrían todo un continente y, como en este caso, no tenían ni los instrumentos ni el tiempo para detallar y situar lo que veían. Al parecer, Juan Bermúdez sólo pudo avistar las islas y no fondeó a causa del mal tiempo. Navegantes portugueses e ingleses avistaron las Bermudas durante las siguientes décadas, muchas veces obligados al naufragar en ellas.
La época colonial.
El primer asentamiento real tuvo lugar en el siglo XVII. En 1609 un navío que se dirigía a Jamestown, en Virginia, – la primera colonia inglesa en América -, encallaba en los arrecifes de Bermudas. Comandados por George Somers y Thomas Gates, los supervivientes del Sea Venture fabricaron dos barcos con los restos y continuaron, rumbo a Jamestown. A partir de esa fecha la Compañía de Virginia reivindica la propiedad de las islas. De hecho se había dejado a dos hombres en el archipiélago para garantizar la posesión. En 1612, año de la fundación de St George’s, -llamada en al época New London -, por Richard Moore, los límites oficiales de la colonia de Virginia se extendieron hasta las Bermudas. St George’s será la capital desde 1620 hasta 1815 cuando se desplaza a Hamilton.
Durante el periodo colonial, las Bermudas tuvieron que conjugar una serie de procesos antagónicos. Por un lado, el interés económico de las islas se basaba en el aumento de la producción, -ya fuera de barcos y recursos navales, o de productos agrícolas, alimentos, tabaco-, pero por el otro, la propia sostenibilidad de la colonia se basaba en un control de la población. Dados los magros recursos medioambientales un aumento de la población para aumentar la producción, o un aumento de la superficie de cultivo del tabaco hacia inviable la vida humana en las islas. Estos problemas, que hoy aparecen en los países emergentes (producción de biocarburantes en lugar de alimentos, monocultivos extensivos que exigen fertilizantes artificiales, agua y que acaban con los suelos), ya aparecían en las Bermudas del siglo XVII. Por ello la emigración hacia otras islas británicas (Bahamas, Jamaica, Barbados) u otras tierras de América fue una constante durante la Edad Moderna.
Era Contemporánea.
Durante la Guerra de Independencia norteamericana, las Bermudas serán un foco de contrabando a favor de los rebeldes, ¡además de una de las principales bases navales británicas! Tras la definitiva Independencia de los Estados Unidos, Gran Bretaña decide reforzar las defensas y las instalaciones portuarias ya que la Bermudas ganaban en importancia estratégica. En 1811 se comenzo la construcción del gran puerto militar de la isla de Irlanda, el Royal Naval Dockyard que sería usado durante la guerra angloestadounidense de 1812 donde los británicos invadieron Washington, quemando la Casa Blanca.
Más tarde en la guerra de Secesión, las Bermudas serán un centro de contrabando y espionaje. Los confederados intentaban abastecerse de armas y municiones y contaban con el apoyo tácito de los británicos. Según algunos autores, el contrabando de armas y pertrechos a favor de los confederados fue una de las causas de la prolongación del conflicto.
El nacimiento del turismo bermudiano.
Ya desde principios de siglo las Bermudas se convierten en un destino para acomodados canadienses, británicos y norteamericanos que llegan a las islas en vapores de líneas regulares entre los puertos estadounidenses y las colonias británicas de Bahamas o Jamaica.
En los años 30 los primeros aviones se posan en las Bermudas. La Royal Air Force se establece para apoyar a la Royal Navy. Ya desde 1948 existen vuelos regulares desde los EE.UU
Tras el final de la II Guerra Mundial el papel del ejercito y marina, principales vectores económicos de las Bermudas se reduce mucho y la economía se orientará progresivamente hacia el turismo y las finanzas.
Las Bermudas son un Territorio de Ultramar Británico, y cuenta con un gobernador aunque un gobierno regional controla la mayoría de los asuntos internos. En 1967 se aprueba una Constitución, pero su parlamento existe desde 1620, siendo el quinto más antiguo del planeta todavía en funcionamiento.
El turismo de lujo se ha desarrollado gracias a la presencia de personalidades y de ricos norteamericanos. Las playas paradisíacas y las mansiones que comienzan a ser cada vez más comunes desde los 60 atraerán aún más a una clientela acomodada. Junto a los atractivos turísticos, las facilidades del paraiso fiscal harán llegar a muchas empresas que de esa manera pagan muchisimos menos impuestos. Más tarde en los 70 y 80 crecen como champiñones las empresas off-shore, financieras, aseguradoras, fondos de inversión y sociedades que mueven el capital a velocidades vertiginosas. El golf que curiosamente, siempre acompaña a las grandes empresas, a sus ejecutivos y al turismo de lujo también se generalizó como deporte, espectáculo y negocio turístico.